La historia del diván de Sigmund Freud

Origen del diván de Freud

El famoso diván de Sigmund Freud

 

La pieza central del estudio de Sigmund Freud, y de hecho el trabajo de Sigmund Freud, es su famoso diván psicoanalítico.

Se ha convertido en un elemento básico para representar el psicoanálisis; en el cine y la televisión vemos a los pacientes reclinándose sobre él antes de divulgar sus pensamientos.

El diván de Freud fue un regalo de una paciente, Madame Bevenisti, alrededor de 1890. La alfombra Qashqa’i ricamente detallada en la parte superior, que el propio Freud agregó, esconde un cuerpo bastante llano, con un marco de madera tosco, amontonado con cojines bordados.

Una vez cubierto con la alfombra y colocado en el centro de la sala de consulta de Freud, el diván le dio al estudio de Freud seriedad y les dio a sus pacientes una cama no médica para acostarse.

El diván de Sigmund Freud ha llegado a representar la propia práctica del psicoanálisis y es, sin duda, uno de los muebles domésticos más famosos del mundo.

Siempre ha sido parte de la casa de Freud, donde tenía su oficina, difuminando la línea entre trabajo y hogar, enfermedad y vida.

Cuando Freud llegó a Londres desde Viena en 1938, también llegó el diván. Fue esencial para recrear la misma atmósfera de la Viena fin-de-siécle donde Freud vivió y trabajó.

El famoso diván sigue siendo el centro del estudio de Freud en el Museo Freud de Londres hasta el día de hoy

 

Estudio de Sigmund Freud

“Siempre hubo un sentimiento de paz y tranquilidad sagradas aquí. Las habitaciones en sí deben haber sido una sorpresa para cualquier paciente, ya que de ninguna manera le recordaban al consultorio de un médico, sino al estudio de un arqueólogo … Todo aquí contribuía a la sensación de dejar atrás las prisas de la vida moderna, de estar protegido de la propia cuidados diarios «.

Sergei Pankejeff, conocido como el Hombre Lobo

Fuente: Freud Museum London

 

Nota sobre Sergei Pankejeff

Fue un aristócrata ruso nacido en Odesa (Ucrania), conocido por ser uno de los pacientes de Sigmund Freud. Aparece en sus textos con el seudónimo de «el hombre de los lobos» (der Wolfsmann).

 

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