La caja del Psicoanálisis

La lucha generacional en la política española

By abril 14, 2016 No Comments

Psicoanálisis en la Moncloa

Opinión de economista, psicoanalista.

¿Quién será el próximo candidato elegido para ocupar la Moncloa en Madrid?

El león como símbolo de poder

Quisiera hacer un modesto análisis macro desde una perspectiva de psicoanalista & economista esperando despertar algunas reflexiones e invitando a la comprensión de algunos conceptos que se difunden de manera vaga desde la convulsa política actual para terminar aportando un contexto de relevo generacional y de pactos de padres e hijos como posible conclusión.

De antemano diré que no soy política.

Los partidos políticos se publicitan desde la crisis y la corrupción, se habla de crisis económica en todos los foros, se culpa al capitalismo y a la globalidad pero casi nunca se considera al sujeto psicológico que hay detrás y al trasfondo arquetípico que resuena desde el  fondo y que termina afectando a las mentes de todos, a nuestro equilibrio de individuos y desarrollo como país. España sí, España no.

La economía es una ciencia social cuyo objetivo es la gestión y distribución eficiente de los recursos, bienes y servicios que siempre son limitados y escasos en una familia, sociedad o Estado. Es una ciencia de análisis y técnica como otra cualquiera, con su mismo rigor y desaciertos predictivos, compleja e independiente de la política en principio, como independiente deberían ser por analogía los 3 poderes constitutivos de un Estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Mente, cuerpo y espíritu.

El capitalismo es uno de los sistemas posibles de mercado. El mercado es un tablero de ajedrez en el que los sujetos económicos -personas, empresas, instituciones y Estado-, se intercambian bienes, capital, servicios conocimiento, información o recursos naturales, otorgándoles un valor –monetario o no monetario . Una matriz de demandantes y ofertantes con intención de relacionarse. Es decir, existe un deseo y una pulsión de intercambio y ello como veremos a continuación, desde la Antigüedad.

El dinero es un consenso regulado de otorgar valor a lo que se intercambia simbolizado en una moneda , como antes lo fue el trueque de telas, oro, aceite, arte, semillas…sólo que ahora lo valoramos de manera neurótica.

Otras formas de mercado podrían ser la autarquía, el intervencionismo, la economía social de mercado…pero no dejarían de ser terrenos de juego, tecnicamente posibilidades de otros modelos con reglas definidas.

En un contexto de globalización inevitable y muchas veces sano –nadie se plantea aislarse sin poder comunicar algo en un simple WhatsApp desde Barcelona a Sídney-, todo está bastante difuminado, más si cabe cuando las instituciones que regulan los países son comunitarias y supranacionales, las multinacionales operan simultaneamente en varios países, como las personas viajan a distintos destinos. Tosé la Bolsa de New York, se enfrían los valores bursátiles en London y se congela Shanghai . Se trata de un tejido económico, de una marea económica en constante cambio entendida como un quantum de energía. Sana cuando democratiza, enferma cuando crea oligopolios o lobbies.

De la gestión política  depende mucho el manejo y la tolerancias de las reglas. Los gobernantes nutren la competición sana o la pervierten. Estos mercados se juegan con las normas que deciden los individuos, nosotros los ciudadanos que votamos. La economía de mercado la vamos incesante creando desde nuestra mente primitiva y nuestros Edipos. Es un sistema dinámico como el psiquismo.

Se podría inferir de manera simplificada,  que ese capitalismo al que todos imputan es un ser “abstracto”, un concepto muy relativo en un contexto de globalidad y en Europa de UE , donde hay que señalar  que el Estado y las instituciones son unos actores más.

Echar la culpa a un capitalismo externo es condenar a un fantasma psicoanalítico, es resistirse a un análisis más profundo y a la transferencia de comercio 

El capitalismo no es más que un sistema creado por los sujetos psicológicos. El campo de juego elegido, lo que se permita en el terreno es lo que se ama y odia en nuestras mentes subjetivas. La corrupción es una manifestación en forma de síntoma de la enfermedad de los individuos en los mercados.

Mucho del funcionamiento en los mercados es en realidad, la  consecuencia del devenir de complejos activos en la psique, de leyes psicológicas  y de objetos interiorizados en los sujetos individuales

El comercio por si solo no es el responsable, es una actividad  humana inherente a las sociedades más ancestrales y forma parte por tanto de nuestro cerebro reptiliano, miles de años antes incluso a la aparición de la psicología como ciencia. Tiene origen en las pequeñas sociedades de individuos recolectores-cazadores que dejaron de ser nómadas para construir las polis o ciudades actuales y quizá para organizarnos mentalmente de otra manera.

Todo la cultura mediterránea es conocedora de este intercambio comercial, de las riquezas, de las rutas marítimas, conquistas y aniquilación. Un análisis antropológico nos ayudaría a entender que muchas de las guerras, de las migraciones, no son más que luchas por la supervivencia de los recursos, en casos bien documentados, luchas por comer carne animal. Probablemente en la modernidad ha tocado luchar por el petróleo y en este cambio de paradigama, lucharemos por el cambio climático y el Agua. Siempre ha habido agresividad, pulsión freudiana, Eros y Tánatos.

Dicen que el mismo Darwin se vio influeciado por Adam Smith en su obra sobre la selección de las especies. A los politicos les correspondería ayudar a humanizarnos en la sociedad de mercados. Creo es licito añadir a este escenario político de quién será el candidato a la Moncloa , el punto de vista de algunos de los disidentes del psicoanálisis , C.G. Jung y de Adler para un análisis más completo del poder y de lo inconsciente colectivo operando con sus arquetipos.

Siglas como PP, PSOE, Podemos, C´s, u otras…se convierten en símbolos del inconsciente en cada uno de nosotros si no vamos más allá y nos quedamos en la rivalidad que es consustancial a lo humano y en los mensajes difusos que se difunden.  No sabremos exactamente qué representan porque emanan desde tiempos remotos. Guardianes o ladrones del fantasma capitalismo para unos, poder, corrupción, democracia, cambio, vieja política, nueva, crisis económica y con esto meramente vamos a votar: voto emocional, voto inconsciente.

Los economistas y otros colegas hemos dicho hace tiempo, que esto no es una crisis sino un cambio de paradigma nacido de una profunda debacle, de un Nigredo alquímico, de una profunda depresión psíquica de valores y ética. Pero nada parará la transformación, los economistas sabemos que la economía es cíclica, como la Naturaleza.

La política es el abono egosintónico o egodistónico a lo natural. Un fondo por detrás reflejado en lo colectivo y en lo individual. Afecta al florecer y oportunidades de un país. A las ansiedades, depresiones, malestar y luchas de poder… Esto no se si lo entendemos en España.

 

¿Son posibles los pactos?

Para un economista no solo son factibles sino que deberían ser responsabilidad de un profesional político, de aquel comerciante que quiere traer riqueza y bienestar a su país. En las empresas llegamos a acuerdos todos los días, nos pagan en dinero por ello.

Desde mi aportación psicoanálitica, lo que yo veo a pactar es primero el cambio generacional, no es la nueva y la vieja política, sino el relevo lógico a la generación madura (40-50 años), la más preparada en la historia reciente de nuestro país. No es un análisis simple entre jóvenes y mayores pues suprimen, justo a eso, a la generación de “el medio”, los cuarentones. El poder de las generaciones antes del poder en sí mismo.

Me atrevo a decir que es una lucha titánica de padres e hijos arquetípícos, de sabios y guerreros de savia nueva más allá de sillones en el Congreso, los sillones son simbólicos, son fálicos. Desde allí se habla , se representa un drama o una comedia, se colectiviza un sentimiento o un vacío de valores.

Y aquí mi reflexión a modo de conclusión : intuyo que  la energía de un intenso complejo de lucha generacional nos está impidiendo entendernos o nos está colocando de manera límite y antisocial, sin diálogo, sin país, sin self.

¿Por qué la generación más preparada que tendría que estar sosteniendo nuestro país no lo está ? ¿Vivimos más y por ello se agarra más el poder ? ¿ Se trata de involucionar intentando controlar el puro ciclo natural de los relevos ? Sabios y guerreros. ¿ Qué político nos habla de ello, qué medio de comunicación ? Crisis, capitalismo. Podría ayudar esta humilde opinión de psicoanalista de lo económico

Susana L. Ruiz

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